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Alicia volátil

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Permitidme que os recomiende el libro de poemas de Alicia Rhei titulado Alicia Volátil. Veréis que es un libro mágico, y os explico por qué: viene con unas gafas para ver en 3D, es decir, con una  lente de color azul y otra de color rojo. Las necesitaréis para ver los hologramas que aparecen en sus ilustraciones. Y también veréis que si cerráis un ojo, el poema cambia en una dirección, mientras que al cerrar el otro, cambia en una dirección distinta. De manera que tenéis en cada caso tres poemas por el precio de uno.

Como muestra, uno de los poemas: Alicia Ícaro.

Perder pie
y caer hacia dentro:

el agujero me engulle con el aliento de las leyes de la naturaleza.

Nada más dulce que el abandono,
el convertir el cuerpo en peso muerto,

tan libre como la caída,
la oscuridad tiñe como un imán,
disuelve en el vértigo;

la velocidad me arranca jirones de placer,
no puede haber mejor amante
que la torsión, el rozamiento, el viento
de la gravitación universal.

Ser recibida por el colchón de la gravedad,
la blandura del final inminente.

Los sonidos,
incluso los que nacen dentro de mi cuerpo,
se van quedando atrás en la caída:
la carne lleva ventaja ante la muerte.

Caer, caer, caer
hacia mi propio centro.

Ediciones. El cangrejo Pistolero.

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Luna de Miguel. Poesía

Uno. Los gatos. Los gatos tienen cicatrices. Los gatos tienen cicatrices y voz de niña: por eso me asustan. Hay un gato en cada uno de nosotros. A mí me caben tres en el estómago, y giran, y giran, con esas uñas crueles. Los gatos. Los gatos beben leche antigua. Comen proteínas. Me dejan dormir.

Dos. Después de tantos libros (Siddhartha Mukherjee, David Foster Wallace, Anatole Broyard) compartidos -casi leídos al mismo tiempo-. De tantos espacios comunes (eh, acabo de estar en el C3Bar, eh, acabo de pasar por esa misma calle, eh, acabo de ver a tu hermano I, que es con quien trabaja mi novio I, eh, eh, cuándo una mañana o una noche). De tantos sí, me gusta, el gato, la cámara, la foto de aquella casa. De tanto, por fin conozco a M. Y tomo cerveza con I, M y M. Y me quemo la piel porque el sol de septiembre es tan tonto. Y hablo feliz. Y siento la esperanza.
Tres. Acompaño a otra Miau a la tienda de tatuajes. En noviembre hará tres años desde mi última tinta/piel. De verdad que lo echo de menos. De verdad que lo necesito.
Cuatro. Jacob perfila los poemas mientras Jesús ultima la portada. Todo preparado para laedición estadounidense de La tumba del marinero. Todo preparado y perfecto para que las vísceras retumben en otro idioma. Sibiu en el horizonte. Londres en el horizonte. Nueva York en el horizonte. La poesía es una especie de agencia de viajes. Me sorprendo al imaginar tantos aviones.
Cinco. Salir corriendo. Salir corriendo. Te han robado un bien ¿preciado? Salir corriendo.
Cinco cosas que quiero deciros y una cita. Luna de Miguel. 14 de septiembre de 2013.
Luna
Ilustración de Aleksandra Waliszewska.