Esta es una de las técnicas desarrolladas en Dibujo Experimental, asignatura impartida por la profesora Ana Piera Llorens el departamento de la ERA. Escuela de Arte y Superior de Diseño de Alicante.
En primer lugar se necesita una cubeta con une mezcla de agua y cola celulósica (también se llama metilcelulosa). La venden en cajas de cartón en las droguerías, y también en tiendas de pinturas tipo Leroy Merlin. Va en polvo y según la vas echando al agua se va hinchando (mejor si el agua está un poco caliente). Y para que se mezcle bien se puede utilizar la batidora.
Para calcular la proporción de cola en la cubeta es a ojo se va mezclando la cola con el agua hasta que se vea la mezcla suficientemente espesa bastante espesa. Y mejor si en la cubeta el agua está tibia, sobre todo si es invierno.
La pintura que se utiliza es óleo diluido en aguarrás, ya que el óleo tiene aceite y eso es lo que lo hace flotar sobre el agua. El acrílico, por ejemplo, como es pintura al agua no flotaría. También se puede hacer con laca de uñas y cosas así, pero el ólero es lo más habitual. Es importante que el óleo sea de buena calidad. Se trabaja mejor con dos o tres tubos de óleo bueno, que se puede adquirir en tiendas especializadas como Cosqueretas, La Decoradora o Croma.
Es importante tener en cuenta que se pueden mezclar los colores entre ellos, y diluirlos mucho. Para moverlos en la superficie se pueden utilizar palillos, peines, etc.
Al principio es posible que no salga muy bien, pero según se va echando pintura a la superficie, la capa de aceite se va volviendo más densa y cada vez sale mejor. También funciona muy bien si se deja reposar de un día para otro: el agua se va evaporando y la pintura se concentra en la superficie.
Y en cuanto al papel, a mayor calidad mejores resultados. El mejor es el de acuarela o el Canson Mi-Teintes, si se prefiere de color. En cualquier caso, es necesario dejarlo secar en plano, sobre papel secante.
Si te interesa esta técnica, puedes ver cómo aplicarla con espuma en BuzzFeed.